sábado, 9 de mayo de 2009

LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS

INTRODUCCIÓN
La política en general y la política educativa en particular son temas de interés para el común de los ciudadanos ya que, afectan el bienestar de todos. Pero principalmente debe ser de gran importancia para nosotros los docentes y los estudiantes de maestría para entender, evaluar y proponer acciones que impacten en dichas políticas educativas. Probablemente esto suene muy utópico, pero estoy muy segura que si iniciamos por reflexionar sobre nuestra práctica docente y más aún la modificamos en beneficio de nuestra comunidad escolar, otros compañeros maestros se verán influenciados en esa mejora de la práctica docente y por consecuencia impactará en la calidad de la educación.

DESARROLLO
Se sabe por las experiencias vividas que las políticas educativas pasan rápidamente cada seis años y dependen de la autoridad gubernamental de turno. De ahí que un cambio de régimen político puede originar un cambio en la orientación de la política educativa oficial. Cabe señalar que una política educativa se apoya en una combinación de principios, normas y objetivos que determinan los límites y la calidad de los mismos. Pero una política educativa debe ser consecuencia de cómo se asuma el hecho educativo, sus protagonistas y el proceso para lograr los cambios que se requieran desde un tiempo y un espacio determinados. Esto obliga a un diseño estratégico ajustado a las necesidades reales de la población a quien va dirigido.

Un claro ejemplo de políticas educativas de partidos en el poder es el Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa en el que se caracterizó por la descentralización a los estados y se dio comienzo a carrera magisterial. A diferencia de la Alianza por la Calidad de la Educación que surge bajo otro partido político en el poder. Aunque en ambas propuestas ha estado presente el SNTE, para muchos críticos como algo negativo, pero realmente si se quiere ver a las políticas educativas como políticas educativas se deben inmiscuir a todos los actores incluyendo al SNTE. Y es que LAS REFORMAS EDUCATIVAS SE HACEN CON LOS MAESTROS DE MÉXICO O CARECERÁ DE VIABILIDAD, porque solamente los que están dentro pueden modificar la realidad educativa.

Pero decir que las reformas se hacen con los maestros o por lo maestros no es algo sencillo. Definitivamente que para poder hacerlo el maestro de valerse de la investigación educativa para poder valorar los procesos y las prácticas educativas en las aulas, para poder determinar cuáles son las fortalezas, debilidades y las áreas a mejorar. Necesariamente que esto implica un gran compromiso por parte de los docentes, pero también de desarrollar las habilidades o competencias requeridas para ser investigadores sociales. Es decir para un investigador resulta de vital importancia dominar la metodología de la investigación, sus diferentes enfoques metodológicos y sus características, solo así es posible obtener resultados significativos tanto de carácter teórico como práctico o aplicado que impacte en la educación.

Lo que sí es seguro que si los maestros reflexionan sobre su práctica, entonces podrán modificarla, enriquecer y crear sustentos teóricos que podrían repercutir en la creación de políticas educativas basadas en la realidad de las escuelas. De ahí que la política educativa no puede ser originada directamente de un gobierno transitorio, como hasta ahora ha ocurrido, sino que debe ser producto de una amplia discusión e intercambio de opiniones entre los sectores interesados (maestros) y a quienes afecta su aplicación. También debe ser prioridad plantear planes educativos a largo plazo y no reducidos a una administración de turno, pues la visión de proceso implícita queda interrumpida y los resultados esperados sin concretar.

De alguna manera las políticas educativas deben plantearse en todos los ámbitos y niveles de educación; pero principalmente en las instituciones formadoras de docentes (normales). Estas políticas deben incluir los perfiles humanistas o las competencias didácticas necesarias para una formación pertinente y de calidad que se refleje en los egresados al iniciar su práctica docente, Estos rasgos que aluden no sólo a las necesidades de conocimiento y de competencia profesional, sino también a las actitudes y valores que caracterizan al buen educador en el ámbito más amplio de sus relaciones con los niños y los adolescentes, con las familias y con el entorno social de la escuela.

El conjunto de rasgos que es necesario promover en los futuros docentes son los siguientes: el primero se refiere al desarrollo y consolidación de habilidades intelectuales específicas, el hábito de la lectura, la lectura comprensiva y analítica, la capacidad para expresarse en forma oral y escrita con propiedad, claridad y sencillez, la habilidad para plantear y resolver problemas de distinta índole con apoyo en información que los profesores busquen y seleccionen previamente.

Un segundo rasgo deseable en los profesores se refiere al dominio suficiente de los contenidos de enseñanza de la educación básica, en particular del nivel o servicio en que se desempeñan. Esto no se refiere únicamente al conocimiento informado de los contenidos que sus alumnos aprenden en la escuela, sino a la comprensión de las necesidades de aprendizaje y los contenidos básicos que todos los niños y los adolescentes deben adquirir como herramienta indispensables para un aprendizaje duradero y con sentido, así como al conocimiento de cómo la escuela puede atender esas necesidades, independientemente del contexto o la región en que viven los alumnos.

Otro rasgo, es el de las competencias didácticas para la enseñanza de los contenidos, que conozcan los enfoques con los cuales se propone enseñar cada asignatura, de acuerdo con su naturaleza y con las posibilidades que presentan los niños y adolescentes en su desarrollo cognitivo, físico y afectivo; se requiere, asimismo, que conozcan y apliquen distintas estrategias y formas de evaluación sobre el proceso educativo que les permitan valorar efectivamente el aprendizaje de los alumnos y la calidad de su desempeño docente, para que, a partir de los resultados, modifiquen sus procedimientos didácticos.
También un aspecto importante que debe caracterizar al profesor de educación básica es su identidad profesional y ética con la labor docente, entendiéndola como una carrera de vida, para lo cual es necesario que adquiera y consolide un conjunto de valores y actitudes que le permitan asumir su profesión con responsabilidad y tratar con respeto a sus alumnos, a la comunidad escolar y a los padres de familia, así como participar activamente en el mejoramiento de la escuela.

Finalmente, es necesario que el profesor de educación básica cuente con las competencias necesarias para apreciar y respetar la diversidad regional, social, cultural y étnica del país, como un componente valioso de la nacionalidad, y acepte que dicha diversidad está presente en el entorno donde realiza su trabajo, con el fin de que tenga la capacidad de aplicar los programas de estudio con las adaptaciones que se requieran para responder a las especificidades locales.

Como podemos darnos cuenta el perfil de egreso de los maestros de educación básica obedece a una formación basada en competencias en el saber, saber hacer y saber ser. Mismas que no son exclusivas de este nivel profesional, si no que ahora con la reforma en educación básica están incluidas como parte del perfil de egreso del tránsito por educación básica. Las competencias a las que hago alusión son: competencias para el aprendizaje permanente, competencias para el manejo de información, competencias para el manejo de situaciones, competencias para la convivencia y competencias para la vida en sociedad.

Podremos pensar que esto de las competencias es un “moda” y que viene de una política educativa de un gobierno en el poder; pero lo que también es verdad que todo el mundo cada vez son más altos los niveles educativos requeridos a hombres y mujeres para participar en la sociedad y resolver problemas de carác­ter práctico. Además México no se puede quedar fuera de la modernidad y se vuelve necesario entonces una educación básica y superior que contribuya al desarrollo de competencias amplias para mejorar la manera de vivir y convi­vir en una sociedad cada vez más compleja.
“Esto exige considerar el papel de la adquisición de los saberes socialmente construidos, la movilización de saberes culturales y la capacidad de aprender permanentemente para hacer frente a la creciente producción de conocimiento y aprovecharlo en la vida cotidiana”[1]

Retomando la idea de una sociedad actual compleja, inmersa en un mundo globalizado que impacta en los ámbitos educativos, sociales, económicos y políticos. Surge la inquietud de qué tipo de intelectuales se deben preparar para la vida moderna y qué competencias deben tener dichos intelectuales. Esta inquietud nos incumbe totalmente a nosotros como maestrantes y como parte de un sistema educativo en el cual podemos intervenir.

Es importante señalar que cada grupo social, al nacer en un contexto específico o dentro de una función en el mundo de la producción económica, crea una o más castas de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia a la propia función, tanto en el campo económico, social y político, de manera que el mismo empresario capitalista crea al técnico de la industria, al científico de la Economía Política.
El empresario capitalista representa una elaboración social superior caracterizada por cierta capacidad dirigente y técnica (intelectual), esta capacidad debe ser más grande que la esfera en que se desenvuelve, también en otras esferas que están próximas a la producción económica es decir tiene que ser un organizador de masas, un organizador de la confianza de los clientes de su empresa.
De este grupo de intelectuales surge la ideología tecnocrática que se fundamenta en una concepción de acción y del método de la ciencia, de las relaciones entre la ciencia y la técnica, y del papel social de la técnica, según la cual es real solamente aquello que es cuantificable, comprobable empíricamente, manipulable, y por lo tanto todo aspecto de la realidad, incluso de la realidad socio-política, es investigable con los instrumentos de las ciencias exactas; por consiguiente, según la visión moderna de la indisoluble relación existente entre la investigación teórica (la ciencia) y el dominio sobre el objeto investigado (la técnica), es ésta la que tendría una función de experimentación y de dirección social y política. Ya que la concepción tecnocrática es una visión simplificada de la realidad, apta para dirigir la acción, se la puede definir como una auténtica ideología.
CONCLUSIONES
Pero a nosotros como parte de un grupo social “maestros” de que no sirve conocer esa visión tecnocrática o en qué nos repercute esta ideología. Pues como ya se mencionó esta corriente ve a la educación como una empresa a la que debe rendir cuentas cuantitativamente y que dependiendo de los resultados que las escuela arrojen, serán la más redituables o de calidad. Este tipo de ideología también marca la diferencia entre las instituciones públicas y las privadas, ya que ambas tienen fines diferentes y obedecen a sociedades con niveles económicos distintos.
Es curioso cómo vamos entretejiendo las ideas y cómo estas van conectándose a la misma temática las “políticas educativas”, mismas que se ven influenciadas por los intelectuales (que son parte del Estado) y que determinan el prototipo de ciudadano que requiere el país. Ahora bien, en nuestras manos está, interpretar tales políticas y aplicarlas de acuerdo a lo que realmente necesitan nuestros alumnos, la comunidad y nuestro estado.
Una buena estrategia para recuperar lo valioso de nuestro quehacer docente es el uso de la investigación-acción como vía para el mejoramiento de la calidad de la educación, la profesionalización de los docentes y el cambio educativo en las escuelas. ¡ADELANTE!


DELGADO, De Cantú. Gloria. Historia de México. Editorial Pearson. México 1996. P. 566.
2. Latapí, P. (2004). La política educativa del Estado mexicano desde 2002. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 6 (2). Consultado el día 8 de abril de 2009 en:
http://redie.uabc.mx/vol6no2/contenido-latapi.html
3. SARRE, Latapí. Pablo. ¿Cómo aprenden los maestros? SEP. México 2003. P. 30.
4. Cuadernos de Discusión. Hacia una política integral para la formación y el desarrollo profesional de los maestros de educación básica. SEP. México 2003. P.85.
5. Revista de educación y cultura az. Evaluando el futuro. Las razones Congreso Nacional de Educación SNTE. Pp.75-76.
6. Prioridades y retos de la educación básica. Curso Básico de Formación Continúa. DGFCMS. SEP. México 2008.
7. SEP(1999), “Financiamiento de la educación”, en Perfil de la Educación en México, México, pp. 121-126.
8. Plan 2006. Educación Secundaria. SEP. México 2006.
9. Perfil de Egreso del Normalista. SEP.

[1] Plan 2006. SEP.

No hay comentarios: