martes, 11 de marzo de 2008

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La Revolución Industrial fue un proceso histórico de gran desarrollo basado en el uso de máquinas para la producción cambiando el panorama político, económico, social y cultural del mundo. La industrialización tomó forma inicialmente a finales del siglo XVIII en el occidente de Europa, en particular en Gran Bretaña. Durante las primeras décadas del siglo XIX, sus rasgos distintivos se extendieron rápidamente a lugares como Francia, Alemania, Bélgica y Estados Unidos. En los primeros años del siglo XX, llega a lugares fuera de Europa y Norteamérica, especialmente a Japón. A finales del siglo XX, la industrialización o sus efectos habían alcanzado prácticamente a todos los rincones del globo.
Las transformaciones que dieron origen a este periodo fueron el paso de un sistema de producción doméstica y el inició de la elaboración de productos para el comercio local, que después paso del sistema de producción doméstica al de las fábricas. En un mismo edificio los obreros y medios de producción (herramientas propiedad de los capitalistas) se conjuntaban para producir. Se empiezan a utilizar mecanismos móviles con fuerzas motrices no animales que llevaron a que se dieran cambios en la sociedad.
Surgen cambios en la distribución de las actividades económicas, también sistemas de transportes nuevos y revolucionarios, además surgen las clases del proletariado (clase trabajadora) y la burguesía; la cual la definen los marxistas como “la clase social dominante en el modo de producción capitalista, poseedora de los medios de producción, gracias a lo cual podía acumular las plusvalías generadas por le trabajo asalariado de los proletariados”[1]
Muchas personas que vivían en el campo emigran a las ciudades, los conocimientos científicos empiezan a aplicarse a los sistemas productivos, tienden a la especialización de bienes para el mercado internacional más que para el local.
Algunos de los antecedentes de la revolución fueron: el aumento de la producción agrícola, el crecimiento de la población, el incremento de mano de obra barata, el incremento del mercado potencial, el progreso en la ciencia y la tecnología, la difusión de la ciencias a un grupo mayor, la existencia de mercados, redes y vías rápidas, la existencia de medios de comunicación y acumulación de capital entre otros.
Uno de los principales avances tecnológicos del principio de la Revolución Industrial fue la invención de la máquina de vapor. Cuando se mecanizaron por primera vez las fábricas textiles sólo se disponía de la energía hidráulica para hacer funcionar las máquinas y el propietario se veía obligado a situar la fábrica cerca de una fuente de agua, la cual, a veces, se encontraba en un área poco adecuada y lejos de la oferta de trabajo. Después de 1785, fecha en la que se instaló por primera vez una máquina de vapor en una fábrica de algodón, el vapor empezó a sustituir al agua como fuerza motriz. Los productores podían establecer fábricas más cercanas a la oferta de trabajo y a los mercados de bienes. El desarrollo de la locomotora y de los barcos de vapor a principios del siglo XIX permitió enviar los productos manufacturados hacia mercados lejanos más rápida y económicamente, y así se favoreció la industrialización.
“La industrialización ha acarreado consecuencias abrumadoras. No sólo cambió radicalmente la vida laboral, sino también la vida familiar y el ocio personal. De alguna manera, redefinió los motivos por los que se tenían hijos. Incrementó claramente el poder del estado, especialmente en lo que se refiere a la producción militar. El proceso alteró incluso a sociedades que no estaban directamente inmersas en la industrialización. Las economías industriales adquirieron ventaja sobre las sociedades que seguían basándose en la agricultura, un desequilibrio que todavía afecta a las relaciones económicas mundiales”. [2]
El exceso de mano de obra bajo los salarios de los obreros, fue necesario que todos los integrantes de la familia incluidos los niños desde los cuatro años de edad. Hombres mujeres y niños trabajaban jornadas de trabajo de 12 a 14 horas diarias, recibiendo malos tratos y condiciones pésimas de trabajo que les dañaba su salud.
Con la Revolución Industrial la transformación de los trabajos manuales (realizados desde la antigüedad por las mujeres de forma gratuita) hacia un modelo de producción masiva mecanizada permitió a las mujeres de las clases bajas trabajar en las nuevas fábricas. Esto supuso el comienzo de su independencia y proletarización: las condiciones de trabajo no eran buenas y sus salarios, inferiores a los de los hombres, estaban controlados legalmente por sus maridos. Al mismo tiempo se consideraba que las mujeres de la clase media y alta debían permanecer en casa como símbolo decorativo del éxito económico de sus maridos. La única alternativa para las mujeres respetables de cualquier clase era el trabajo como profesoras, vendedoras o doncellas.
Debido a que la Revolución Industrial surgió en Inglaterra, y con ella el desarrollo del sistema fabril y la explotación de los niños, conviene remitirse al siglo XVIII en Inglaterra, cuando los propietarios de las fábricas de algodón recogían niños de los orfanatos o se los compraban a gente pobre, haciéndoles trabajar después a cambio, tan sólo, de su manutención. En algunos casos, niños de cinco y seis años llegaban a trabajar entre trece y dieciséis horas al día.
Algunos reformistas, ya desde comienzos del siglo XIX, intentaron establecer restricciones legales para paliar este tipo de abusos. Sus logros, sin embargo, fueron escasos, ya que ni siquiera consiguieron reforzar las leyes existentes sobre número de horas de la jornada laboral o edad mínima para poder trabajar. Estas condiciones laborales se generalizaron en todas las fábricas. La mayoría de las veces, con el consentimiento de los principales líderes políticos, sociales y religiosos, se permitía que los niños trabajaran en tareas tan peligrosas como la minería. Entre las consecuencias sociales negativas cabe destacar el analfabetismo de la población, el empobrecimiento de las familias y el crecimiento del número de niños enfermos y con facultades físicas disminuidas.
La indignación social creció de forma paulatina. Sin embargo, la primera ley inglesa relevante sobre explotación infantil no se dictó hasta 1878; en ella se establecía la edad mínima para trabajar a los diez años, y se obligaba a los patrones de las empresas a que los niños con edades comprendidas entre diez y catorce años no trabajaran más de media jornada o días alternos. Además, el sábado sólo se trabajaría media jornada. Esta ley también limitaba a doce las horas que podían trabajar los adolescentes con edades comprendidas entre catorce y dieciocho años, permitiéndoles un descanso de al menos dos horas para comer.
No fue hasta finales del siglo XIX surgen algunos movimientos de mejoras en el trabajo y en contra de la esclavitud, los obreros empezaron a tener conciencia de clase y se formaron los primeros sindicatos en donde se defendió el derecho de huelga. Algunas condiciones mejoraron por las vías de las leyes creadas como defensa de la clase trabajadora.

Definitivamente que Tomas Moro en su obra la Utopía, desfasaba la realidad tan cruel en la que vivían la clase menos agraciada: el proletariado. Claro esta que con esas condiciones antes descritas de la población resulta muy absurdo la idea de Moro al describir a Utopía como una comunidad que establece la propiedad común de los bienes, en donde todos viven con igualdad y armonía y en la sus habitantes en sus ratos libres se dedican a la lectura y al arte. Por lo anterior me parece muy acertada la definición de utopía para describir obras de ficción en la que el autor concibe a la manera de que una sociedad se organice mejor.
Pareciera que las condiciones de vida de muchos sectores de la población se quedo estancada en el tiempo; ya que hoy en día se sigue dando la explotación de la gente humilde y con más necesidades; eso lo podemos ver en los salarios tan bajos que pagan las empresas a sus empleados, mismos que no les alcanzan a las familias ni para comer. ¿Cuántos niños aquí en nuestra ciudad abandonan las escuelas de primaria y secundaria para trabajar porque no alcanza el dinero de padres?
Han pasado revoluciones y movimientos pero no se han dado cambios verdaderos, aún hay pobreza extrema, analfabetismo, desempleo y siguen siendo pocos los dueños de los medios de producción. Al igual que en años atrás hombres y mujeres tienen que trabajar para poder sostener las familias, ya que cada vez ajusta menos lo que se gana. Las personas también están propensas a enfermedades por el estrés de trabajar jornadas largas con muy pocos descansos. Hasta los maestros estamos inmersos en esta situación difícil de trabajar dobles turnos, descuidar a las familias y desgastarse física y emocionalmente.
¡Pensar que todo puede cambiar! … Sería una Utopía.

BIBLIOGRAFÍA
http://www.fhuc.unl.edu.ar./olimphistoria/manuales/alumnos/1ra_Sección/texto3.pdf.
http://www.portalplanetasedna.com.ar/burguesia.htm.
PETER N. STEARNS, “Influencia Mundial de la Revolución Industrial” Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005
T.K. Derry, TREVOR Williams, Historia de la tecnología Siglo XXI, 12ª edición. 774p.p.
[1] http://www.portalplanetasedna.com.ar/burguesia.htm.
[2] PETER N. STEARNS, “Influencia Mundial de la Revolución Industrial” Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005

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